Sexo y poder en Roma / Paul Veyne

"Ahora bien, el pueblo consideraba que, puesto que los dioses no era más que una parte del mundo, desaparecían con el resto de las criaturas en caso de catástrofe cósmica. Por muy inmortales que fueran, no tendrían mayor capacidad de supervivencia que la flora y la fauna. Eso es precisamente lo que los habitantes de Pompeya creyeron cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79: <<Muchos eran los que alzaban las manos hacia los dioses>>, pues ése era el gesto usual en las antiguas plegarias; <<pero otros, mucho más numerosos, afirmaban que ya no había dioses, que aquella noche eterna era la última del mundo>>, El fin del mundo, que demuestra el poder del dios de los cristianos, supondría el fin de los dioses paganos."

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"En los muros de Pompeya se han descubierto varios miles de grafitis grabados con punzón en el yeso de las murallas, y no tienen nada que ver con los grafitis escatológicos y vergonzantes que pudiéramos creer: los pompeyanos escribían en las paredes para hacer reír a los paseantes, para hacer gala de su ingenio, para citar a los autores clásicos... Escribían en las paredes de la misma manera que nosotros tratamos de ser brillantes en una conversación."

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"Las palabras y los gestos obscenos eran armas defensivas contra cualquier amenaza, viniera de donde viniera. Eso explica por qué los propietarios romanos defendían sus jardines contra los ladrones levantando en ellos la estatuilla de madera de un Príapo muy... priápico. Y hasta las más honorables casas romanas exhibían en su entrada la imagen de un falo, que tenía el mismo rol protector que antaño tenía una herradura para nosotros."